sábado, 27 de abril de 2024

UN CANTO A LA VIDA

 

El unipersonal nos involucra en una memoria por siempre aterradora, desde la mera reflexión de que los hechos horrorosos ocurridos en la Polonia ocupada por el régimer de la Alemania nazi, durante la Segunda Guerra Mundial, serán aborrecidos a lo largo de la historia de la humanidad, precisamente por su barbarie. Con frecuencia sanadora, el teatro, como así también el cine, en su lectura y producción vital, recrea parte de ese horror para decirnos que esos tiempos no pueden regresar jamás.

El texto, de autoría de la propia intérprete, arroja a la escena una mujer que sobrevivió al encierro, la humillación, la tortura, el miedo, la enfermedad, el hambre: la violencia en sus diversas formas, en aquellos inciertos y oscuros años del holocausto. 
Entre la canción y el monólogo, Alejandra Desiderio navega entre sus recuerdos, antes de salir a escena en un teatro parisino. Es el 15 de abril de 1955, 10 años han pasado desde su liberación del campo de concentración de Bergen Belsen. Fania Fenelon -seudónimo adoptado luego de la guerra- se rememora: cantante y pianista francesa, su voz privilegiada la rescató del infierno. Cantó para los hombres obsecuentes, los asesinos del Führer, muchos de ellos aún más siniestros que el propio Adolf Hitler. Entregó su música para los prisioneros en el último suspiro de sus vidas.
Todo acontece en una escenografía que sólo reúne el espejo de su camarín -desde donde se mira y nos mira-, con luces que la actriz misma acciona. Un labial, un cepillo para su rojizo y ondulado cabello, alguna discreta joya serán suficientes para su gran concierto.
Del otro lado del escenario, un perchero con vestidos que enriquecen su racconto y su tiempo actual, la esperan. A la vista del público, hace cambios de atuendo; exhibe su casi desnudez, un buen señalamiento de la dirección: ella desnuda páginas íntimas de su vida. Repasa los días de cabaret, su participación en la resistencia francesa, la separación de su familia, el espanto en Auschwitz y Bergen Belsen.


Alejandra Desiderio tiene sin duda, una amplia carrera en teatro de texto y en el género musical con grandes títulos. Entre sus trabajos más destacados en Argentina, figuran Drácula, el musical y Los miserables. Con este último brilló en México, país donde vivió por mucho tiempo y en el que desplegó su talento en El violinista en el tejado, Víctor Victoria, La novicia rebelde, El final del arcoiris, interpretando a Judy Garland, entre otros. Y un día regresó.
Su canto nos pasea por un repertorio muy bien seleccionado, que juega con equilibrio la acción dramática. Interpreta de manera profunda, desde sus poderosas cuerdas vocales y con el alma. Cada tanto, Fania se acerca al público, atravesando con gracia, la cuarta pared. Nos regala aquello que la constituye: su canción. Un asistente (voz en off) la interrumpe de a ratos, para recordarle que está muy pronta a salir a escena. 
La iluminación es un gran recurso, dice la oscuridad de la prisión y la claridad de la libertad.
La autora y actriz del unipersonal rinde un puntual homenaje a Fania Goldstein (1908-1983), artista francesa que participó en numerosos espectáculos de cabaret, destacada por su cautivador canto y destreza en el piano. Al estallar la guerra, se decidió a luchar contra la ocupación fascista mediante la movilización civil. La persecución antisemita tocó su puerta. Sobrevivir a los campos de concentración, integrar la Orquesta de Mujeres de Auschwitz, su salvoconducto, la inspiraron a escribir sus memorias en varios textos, de las que se sirve esta versión, dirigida con calidez y síntesis por la consolidada directora y actriz Ana Padilla. ⧫

👏 ESTREMECEDORA
      Por Patricia Lanatta

➥ FANIA, TU VOZ TE HARÁ LIBRE

Autoría/
Alejandra Desiderio, a partir de textos de Fania Goldstein
Intérprete/
Alejandra Desiderio

Entrenamiento vocal/

Marcelo De Paula
Orquestación Especial y edición de sonido/
Sergio Perotti
Canciones/
Luis Longhi, Federico Mizrahi
Diseño de vestuario/
Gustavo Carfi
Fotografía/
Walter Canella
Diseño de imagen/
Jesús Escamilla
Asistencia de dirección/
Carlos Fernández
Dirección/
Ana Padilla

Funciones/
Sábados de abril, 20:30 h.
Patio de actores
Lerma 568
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jueves, 25 de abril de 2024

ENTRE TINIEBLAS

El mito de Fausto (1808), la obra maestra del poeta alemán Goethe, nos remite a ese hombre sabio pero insatisfecho por la limitación de su conocimiento, que pacta con Mefistófeles venderle su alma, a cambio de juventud hasta su último día. Del mismo modo, la versión nos convoca a un acuerdo con Mandinga a partir de una leyenda rural, cuando un personaje poderoso en su terruño, pero igualmente infeliz ante el estado durmiente de su hija menor, sucumbe y apuesta su ánima, a cambio de que su niña despierte a la vida.

En ambos pactos se desencadena el infierno.
Guillermo Parodi, autor y director del espectáculo, le da potestad al personaje de Mandinga  para que se apropie del relato, y esto tiene un sentido. Bajo la expresividad de Lorena Szekely, seduce (lo intenta insistentemente) a personajes y espectadores. Esta facultad de hacerse cargo de la historia es una decisión sumamente inteligente. 
La leyenda cuenta que a finales del siglo XIX, un terrateniente de origen europeo, semianalfabeto y católico devoto, que habitaba la provincia de Corrientes, perdió a su hija en un accidente. Una carreta que transportaba troncos se salió de su eje y la aplastó, dejándola inconsciente. Inclinado a la oración, hizo promesas de todo tipo ante Dios para que la niña regresara. Sin respuesta, pactó con el mismísimo demonio edificar una capilla negra en su nombre, aún más, la hizo bendecir por un religioso. Todo para revivirla.

El cuento se enclava en el monte, un espacio a imaginar por el espectador, desde que la escenografía se sugiere con pocos elementos, que el elenco arma y desarma.

En la puesta se destaca el lenguaje gauchesco. Es logrado y representativo de los perfiles que encarna. También es notable el trabajo corporal de actores y actrices que, a su tiempo, son tomados, arrastrados y poseídos por fuerzas de otro orden. Sus cuerpos hablan, más allá del parlamento. En esa construcción, el aspecto musical y el sonoro envuelven los climas necesarios para el conjuro. La iluminación, en la oscuridad como en el claroscuro, es un señalamiento constante. Los apagones, léase: la falta de claridad, califican aquello que se corroe. El maquillaje y el vestuario persuaden: la vestidura nívea de la joven, la calavera que ostenta Mandinga, el ropaje criollo.
Vuelvo a la actuación; es pareja y persuasiva en todos los intérpretes. El personaje del "santo" parece estar hecho a medida para las cualidades expresivas de Lorena Szekely. Osado, incansable, perverso. Una coreografía sobre muros, proyecta su sombra y es allí donde acontece el climax de la obra, dejando al descubierto las miserias de los más débiles.
En una atmósfera inquietante, entre tinieblas, deambulan Alcibíades Velásquez, el padre; Dolores, la niña amadísima; Toribio, el hijo despechado; Crecencia, la nana que sabe cosas y calla; Magdalena (su hija), que desea al terrateniente y traiciona; un cura dócil. En todas partes, Mandinga, que sabe doblegar las almas.
Las confesiones oscuras entre Toribio y Magdalena, alrededor de un pozo profundo; la pelea entre Toribio y su padre, disputando el poder de las tierras de naranjos; Crecencia, en su tieso silencio; la metamorfosis diabólica que se opera en Dolores (destacada labor de Lucía Palacios); el pueblo (sus voces), exigiendo verdad. Son álgidos momentos del relato.
Nuevamente, una inteligente dirección sobre un texto, que pone en primera persona el discurso de un poder maléfico, como un extraordinario procedimiento para desenmascararlo. 

👏 INQUIETANTE

      Por Patricia Lanatta

➥MANDINGA (La capilla del Diablo)
Dramaturgia/
Guillermo Parodi
Intérpretes/
Julia Funari (Crecencia) 
Lucía Palacios (Dolores Velásquez), 
Camilo Parodi (Toribio Velásquez), 
Natalia Rey (Magdalena), 
Marcelo Rodriguez (Alcibíades Velásquez)
Lucas Soriano (Don Ángel, el cura), 
Lorena Szekely (Calavera, el santo)

Músicos/

Nahuel Del Valle (fuelle)
Juan Pablo Martini (piano)
Camilo Parodi (voz y guitarra)
Guillermo Parodi (canción final en off)
Composición y producción musical/
Juan Pablo Martini
Diseño de vestuario/
Jorgelina Herrero Pons
Diseño de escenografía/
Fernando Diaz
Realización de vestuario/escenografía
Talleres Del Teatro Argentino De La Plata - Tac
Diseño de luces/
Fernando Diaz, Guillermo Parodi
Diseño de imagen/
Mariana Melinc
Diseño gráfico/
Leandro Almendro
Fotografía/
Ana María Ferrari
Entrenamiento corporal/
Sofia Ballvé
Asistencia de dirección/
Macarena López
Dirección/
Guillermo Parodi

Prensa/

Paula Simkin
Redes/
@mandingalacapilladeldiablo

Este espectáculo es una producción de El Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino de La Plata

Funciones/

Sábados, a las 22 h.
Teatro Del Pueblo/ Sala Somigliana
Lavalle 3636, Almagro
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